Los cuerpos extraños en las vías respiratorias forman parte de los temidos accidentes domésticos. Pueden ocasionar cuadros dramáticos y en ocasiones fallecimientos rápidos, sobre todo en los niños más pequeños. El diagnóstico es esencialmente clínico y se basa en gran parte en la anamnesis y en el antecedente de un síndrome de asfixia durante la comida o el juego. La radiografía de tórax en inspiración y espiración sigue siendo una exploración obligatoria en caso de duda, al igual que la endoscopia bronquial. La extracción debe plantearse de urgencia en niños muy sintomáticos. La prevención consiste en la información de los progenitores y la vigilancia atenta de los niños pequeños.