Las patologías esofágicas adquiridas en el niño son muy variadas; las más frecuentes son las complicaciones del reflujo gastroesofágico y las patologías accidentales, como la ingestión de cuerpos extraños y de productos cáusticos, o las traumáticas. Las causas infecciosas o inflamatorias y los trastornos motores del esófago son más raros. También se pueden ver afectaciones específicas en las enfermedades crónicas, en particular dermatológicas. Los síntomas principales son la disfagia, dolorosa o no, la impactación de alimentos y los vómitos. Las dificultades para la alimentación repercuten a menudo sobre el estado nutricional. La investigación etiológica se basa principalmente en las pruebas de imagen y la exploración endoscópica.