La elevación de las creatina-fosfocinasas (CPK), o creatina-cinasas (CK), traduce un sufrimiento celular y se observa en múltiples circunstancias. En ausencia de cualquier sintomatología orientativa, deben considerarse metódicamente numerosas situaciones, patológicas o no, con repercusión muscular: traumatismo, medicamentos, tóxicos, infarto de miocardio silencioso, hipotiroidismo o enfermedad muscular asintomática. La elevación de las CK puede integrarse en un contexto clínico sugestivo, en el que constituye un criterio diagnóstico de ciertas enfermedades (cardiovascular, neurológica y, sobre todo, muscular). Finalmente, la elevación de las CK se describe en algunas situaciones en las que su interés diagnóstico es limitado, incluso anecdótico. Cuando se sospecha una afección muscular, algunos exámenes complementarios de orientación y posterior confirmación, en primer lugar la biopsia muscular, pero también los autoanticuerpos específicos de las miositis y cada vez más las pruebas genéticas, permiten apoyar el diagnóstico. Cuando el estudio etiológico es negativo, se habla de hiper-CKemia idiopática.