Los problemas digestivos, sobre todo las manifestaciones cólicas, constituyen las afecciones más corrientes del lactante y el niño pequeño. En la mayoría de los casos, se trata de anomalías funcionales difíciles de clasificar debido a la variabilidad de su sintomatología clínica y la falta de criterios biológicos o anatómicos. Varios simposios celebrados en Roma (el último en 2005) han tratado de establecer una clasificación en la que se distingue: la diarrea funcional o síndrome del «colon irritable», el estreñimiento funcional, la disquecia anorrectal y, en la frontera de la patología, los cólicos del lactante. El carácter común de estas manifestaciones, además de su frecuencia, es que no suelen ser graves ni suelen requerir exploraciones o tratamientos importantes. Es fundamental distinguirlas de las verdaderas enfermedades inflamatorias del tubo digestivo, como las colitis alérgicas, la enfermedad de Crohn o la rectocolitis hemorrágica, cuyo pronóstico y tratamiento son completamente diferentes.