La ginecología pediátrica se ocupa de la niña prepúber y de la joven adolescente. La exploración física, que es fundamental para la valoración de los problemas ginecológicos propios de esta edad, tiene sus especificidades. En la primera parte de este artículo se describe la manera de llevarla a cabo, con el fin de que el médico pueda obtener la información más detallada posible sin ningún trauma para la niña. Las vulvitis y las afecciones vulvares benignas constituyen un motivo frecuente de consulta en ginecología pediátrica. Tanto sus características como sus tratamientos se detallan a continuación. En alrededor del 70% de los casos, las hemorragias genitales prepuberales se deben a una causa local, vulvar o vaginal, identificable en la primera exploración física. Las causas hormonales, mucho menos frecuentes, están representadas por quistes y tumores ováricos secretores. Los trastornos del ciclo afectan al 75% de las adolescentes; pueden consistir en dismenorrea, menorragias, espaniomenorrea o amenorrea. Abarcan todo un campo de etiologías que va desde trastornos funcionales a afecciones graves. A continuación se analizan el protocolo diagnóstico y el tratamiento de acuerdo con la etiología. Por último, las afecciones mamarias de la adolescente derivan de una anomalía de la embriogénesis o del desarrollo de la glándula mamaria; entre ellas predominan las anomalías morfológicas y la enfermedad tumoral benigna. El cáncer a esta edad es absolutamente excepcional.