En la patología infantil de la mama se relacionan varias entidades clínicas, algunas de las cuales sólo son la expresión de variaciones fisiológicas. La glándula mamaria está constituida por tres elementos: el tejido paleal, la glándula tubuloacinosa y la zona cutánea areolomamelonar. El desarrollo de estos distintos componentes se halla bajo dependencia hormonal y cada uno de ellos puede ser objeto, en diferentes períodos de la vida, de modificaciones que forman parte del ámbito de las variaciones fisiológicas y que, casi siempre, sólo requieren una simple vigilancia. Puede pensarse en otras lesiones mayoritariamente benignas en función de la edad de aparición y del aspecto clínico, ecográfico y evolutivo. Los autores discuten estas situaciones y recuerdan que, aunque los tumores malignos resultan excepcionales, a veces hay que pensar en ellos y practicar una biopsia.