El marco legislativo de la prescripción de la masokinesiterapia en Francia ha sufrido grandes modificaciones, sobre todo en la última década, cuando se ha ampliado de forma notable el campo de acción del masajista-kinesiterapeuta. Desde luego, éste es responsable, civil y penalmente, de las técnicas de rehabilitación que emplea. La función del médico que prescribe la práctica es definir los objetivos sintomáticos, funcionales y situacionales del tratamiento, que a veces se integran en un verdadero proyecto de vida. Estos objetivos se exponen en un informe que se adjunta a la prescripción, en el que se mencionan el contexto clínico y la enfermedad del paciente. En cambio, se ha suprimido el concepto de prescripción cualitativa y cuantitativa, que data de hace más de 40 años, de manera que el propio masajista-kinesiterapeuta puede determinar el número y la frecuencia de las sesiones. Para este fin, efectúa una evaluación diagnóstica kinesiterápica y elabora fichas resumidas en las que informa al médico prescriptor sobre la evolución del tratamiento. Por último, el kinesiterapeuta está autorizado a prescribir algunos dispositivos médicos. En este sentido, la legislación actual supone un conocimiento correcto de las técnicas, que deben adaptarse a los objetivos fijados de común acuerdo con el paciente. Además del alivio del dolor, presente en muchos casos, la kinesiterapia puede dirigirse a una ganancia de las amplitudes articulares, de la fuerza muscular y/o una mejoría de la propiocepción. Sin embargo, hay que señalar que la aplicación de este cuerpo legislativo es todavía moderada en la práctica. La comunicación entre el médico prescriptor y el kinesiterapeuta, a veces suficiente con una simple llamada telefónica, es necesaria para conseguir de la indicación kinesiterápica la mayor eficacia posible.