La gangrena de los órganos genitales externos o gangrena de Fournier es una fascitis necrosante de la región perineal que afecta sobre todo a varones de cualquier edad, mientras que es excepcional en las mujeres. En alrededor del 80% de los casos, la aparición de este cuadro se ve favorecida por causas locorregionales, como las infecciones urinarias, estenosis uretrales, infecciones perianales o infecciones dermatológicas perineales. También existen otros factores de riesgo «sistémicos» bien conocidos, como la diabetes (uno de los factores de riesgo principales de la gangrena de los órganos genitales externos) o la inmunodepresión. El tratamiento de la gangrena de Fournier debe ser multidisciplinario, ha de realizarse de extrema urgencia y bajo una vigilancia estrecha en una unidad de cuidados intensivos. Las medidas terapéuticas son médicas por una parte, con la administración de una antibioticoterapia de amplio espectro y, por otra, quirúrgicas, con un desbridamiento completo de los tejidos necrosados. Este tratamiento multidisciplinario puede asociarse a una reconstrucción quirúrgica después de la fase aguda, cuando existan secuelas físicas y psicológicas graves. Se pueden asociar otros tratamientos, como la oxigenoterapia hiperbárica o los antibióticos locales, pero su eficacia todavía se discute en la actualidad y su papel en la estrategia terapéutica aún está por determinar. A pesar de los progresos realizados en los ámbitos de la reanimación, de la antibioticoterapia y del tratamiento quirúrgico, el pronóstico de la gangrena de los órganos genitales externos sigue siendo sombrío, con una mortalidad variable, pero estimada en el 20-50%.