Traumatismos cerrados del riñón y del uréter - 13/02/13
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Los traumatismos renales son frecuentes: representan el 10% de todos los traumatismos abdominales. La mayoría de ellos son cerrados y están producidos por un golpe directo o una desaceleración brusca. Los signos clínicos más comunes son la hematuria y la lumbalgia. La mejor exploración diagnóstica es la tomografía computarizada (TC) abdominopélvica con inyección de medio de contraste. La clasificación que más se usa es la de la American Association for the Surgery of Trauma (AAST). En ella se distinguen los traumatismos menores (grados I, II y III), cuyo tratamiento consiste, la mayoría de las veces, en la simple vigilancia, y los traumatismos mayores (grados IV, V), que pueden necesitar un tratamiento endoscópico o de radiología intervencionista. La exploración quirúrgica a cielo abierto es excepcional. Los traumatismos ureterales son infrecuentes y paucisintomáticos. Como los resultados de la TC no suelen ser satisfactorios, el diagnóstico se establece a menudo con la ureteropielografía retrógrada. El tratamiento consiste en un simple drenaje endoscópico en caso de lesión menor o en una reparación quirúrgica en caso de lesión mayor.
Le texte complet de cet article est disponible en PDF.Palabras clave : Traumatismo renal, Lesión ureteral, Tratamiento conservador, Tomografía computarizada, Radiología intervencionista
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