Infecciones osteoarticulares por micobacterias atípicas - 13/02/19
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Resumen |
Las micobacterias atípicas (MA) o micobacterias no tuberculosas son gérmenes ubicuos. Habitualmente no son patógenos para los humanos, pero pueden llegar a serlo a través de una inoculación directa o por causa de una inmunidad deficiente (situaciones como la diabetes, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, un tratamiento inmunosupresor como los corticoides o los anti factor de necrosis tumoral o, de forma general, un contexto debilitado). La gran mayoría de infecciones por MA son pulmonares; con menor frecuencia, pueden localizarse en el aparato locomotor, en forma de artritis, tenosinovitis o bursitis sépticas, osteomielitis, espondilodiscitis o de infección de material ortopédico. Estas infecciones tienen en común una presentación clínica progresiva, con poco dolor y generalmente sin fiebre, con signos biológicos de infección inconstantes y a menudo moderados, lo que lleva a un retraso diagnóstico habitual, a menudo de varios meses o incluso años. La afectación suele ser destructiva con tendencia a la formación de abscesos. La presencia de granulomas gigantocelulares sin necrosis caseosa resulta sugestiva. Un diagnóstico bacteriológico preciso es la condición indispensable para el diagnóstico y, sobre todo, para un tratamiento eficaz. Este diagnóstico bacteriológico es delicado y requiere un laboratorio avezado y técnicas de cultivo y biología molecular específicas. Lamentablemente, a menudo, esto no se produce sino después del fracaso de un primer tratamiento con muestras estándar y una antibioticoterapia empírica que reducirá las posibilidades de aislar el germen. El tratamiento no está codificado y deberá adaptarse a cada situación. El principio general consiste en combinar la cirugía de escisión y la antibioticoterapia. Ésta debe incluir obligatoriamente varias moléculas que se adecúen al resultado del antibiograma (la sensibilidad variable de cada especie y las numerosas resistencias hacen que el tratamiento empírico sea ilusorio o, incluso, perjudicial) y debe ser prolongado (por lo general al menos de 6-12 meses o incluso más tiempo, especialmente si la infección es grave, el paciente está inmunodeprimido y no se ha practicado cirugía asociada). Es importante conocer estas características para poner en marcha un tratamiento adecuado, que se basa en la estrecha colaboración entre el reumatólogo o el internista, el traumatólogo, el especialista en enfermedades infecciosas y el laboratorio de bacteriología.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Artritis séptica, Bursitis, Tenosinovitis, Espondilodiscitis, Osteítis, Osteomielitis, Micobacteria atípica, Micobacteria no tuberculosa
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