Los síntomas del tracto urinario inferior (incontinencia urinaria [IU], obstrucción infravesical [OIV], dolor pélvico) no son complicaciones poco comunes de la prostatectomía total. La UI puede ser secundaria a una lesión esfinteriana, a una disfunción de la vejiga o a una combinación de ambas. La incidencia varía dependiendo de los estudios, pero las últimas publicaciones indican que la tasa de incontinencia permanente después de una prostatectomía total es inferior al 10%. Las modificaciones de la técnica quirúrgica siguen mejorando esta tasa. El tratamiento de la IU puede ser conservador (expectante, uso de productos absorbentes, cambios en el estilo de vida, tratamiento farmacológico o rehabilitación funcional perineal). Si no hay una recuperación suficiente después de un año, el tratamiento es quirúrgico con inyecciones peri o intrauretrales, incluyendo la prometedora terapia celular, las bandas suburetrales, los balones periuretrales y el esfínter urinario artificial. La OIV es más a menudo el resultado de una estenosis de la anastomosis vesicouretral, pero también puede ser secundaria a una estenosis uretral. El tratamiento es en la mayoría de los casos endoscópico y puede necesitar autodilataciones de mantenimiento o incluso uretroplastias. El dolor perineal posprostatectomía es infrecuente, pero muy incapacitante para los pacientes. El tratamiento debe ser precoz y multidisciplinario (algólogo, kinesiterapeuta, radiólogos intervencionistas, etc.), y debe formar parte de un tratamiento «multimodal».