La adicción es un trastorno caracterizado por un proceso recurrente, que comprende un fenómeno de consumo repetido de intensidad variable seguido de la instauración progresiva de una dependencia fisiológica acompañada de signos de tolerabilidad y/o abstinencia, ansia de consumo, pérdida de control, negación y búsqueda de producto(s)/conducta(s) a pesar de los riesgos médicos, psicológicos, psiquiátricos y sociales incurridos y conocidos. El carácter crónico y la recaída son características de este trastorno. El uso prolongado de drogas y/o alcohol causa cambios en el cerebro a diferentes niveles. La caracterización de los sistemas neuronales que se activan cuando se toma una droga ha permitido comprender mejor los diversos fenómenos que experimenta el usuario y los trastornos bioquímicos inducidos. La adicción es una patología compleja que surge de la interacción entre el desarrollo de una persona y los factores cerebrales, genéticos, conductuales, psicológicos y ambientales. Los procesos cognitivos complejos también están involucrados en este trastorno. Esta patología cerebral debe ser manejada como un todo, de la misma manera que el síndrome coronario o la diabetes. Este artículo se centrará específicamente en la clínica y el tratamiento de las adicciones al cannabis, la cocaína, las anfetaminas, incluida la MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina), las nuevas drogas sintéticas, los opiáceos/opioides y el alcohol.