La fístula obstétrica es una solución de continuidad entre el tracto urinario y la vagina o entre el tracto digestivo y la vagina. La mejora de las condiciones del parto y la cirugía reconstructiva son los pilares fundamentales en la lucha contra la fístula obstétrica. El aumento significativo de la tasa de cesáreas en África está relacionado con la aparición de una población de mujeres que sufren complicaciones iatrogénicas, fístulas ureterovaginales y fístulas vesicouterinas. Su diagnóstico es específico, fácil si se piensa en ello, y el tratamiento quirúrgico por vía abdominal proporciona una solución segura. Las fístulas multioperadas son una entidad propia. Su tratamiento es complejo y requiere un diagnóstico clínico y de la lesión preciso. El tratamiento quirúrgico depende de la localización del orificio, la capacidad de la vejiga, el sistema de cierre, el estado de la uretra y el grado de fibrosis. Necesita abordajes distintos al convencional y el uso casi constante de un colgajo de interposición. La incontinencia urinaria residual (IUR) después de una fístula vesicovaginal (FVV) cerrada es un problema que, por su frecuencia y su impacto social, debe incluirse en el programa terapéutico. El tratamiento preventivo de la IUR debe ser una parte integral de la reparación inicial. Es esencial definir las normas y evaluarlas.