Las vasculitis son enfermedades heterogéneas caracterizadas por inflamación y cambios en la pared de los vasos que afectan a todas las túnicas. Los criterios de clasificación, que no deben confundirse con los criterios diagnósticos, son esenciales para comprender esta familia de enfermedades. Las vasculitis se clasifican de forma esquemática en función del tamaño de los vasos afectados, al que se añaden elementos patogénicos caracterizados por la presencia o ausencia de anticuerpos o marcadores de infección. La histología permite establecer el diagnóstico de la vasculitis y su naturaleza, pero no es indispensable para el diagnóstico, que puede establecerse sobre la base de una combinación de signos clínicos y pruebas de laboratorio, inmunológicas o de imagen. La nomenclatura de Chapel Hill es ahora el sistema de clasificación más utilizado en adultos.