Muchos trastornos del tubo digestivo presentan manifestaciones cutáneas que pueden ser reveladoras, lo que sitúa al dermatólogo en primera línea para orientar hacia la consulta de gastroenterología. A la inversa, el gastroenterólogo suele verse confrontado a lesiones mucocutáneas ante las cuales se plantea la cuestión de una posible relación con una enfermedad digestiva ya conocida. Entre las afectaciones extradigestivas de las enfermedades inflamatorias criptogénicas intestinales, las manifestaciones mucocutáneas son las más frecuentes. Se pueden clasificar en cuatro grupos: los trastornos denominados reactivos, entre los que se encuentran las dermatosis neutrofílicas (pioderma gangrenoso, síndrome de Sweet, etc.), las aftas, el eritema nudoso y las vasculitis; las lesiones granulomatosas específicas de la enfermedad de Crohn, caracterizadas histológicamente por el granuloma tuberculoide idéntico al observado en las lesiones digestivas, que pueden observarse en las zonas anoperineales y orofaciales o a distancia del tubo digestivo; las manifestaciones carenciales secundarias a la anorexia, la malabsorción, las pérdidas excesivas, los aumentos de las necesidades proteicocalóricas y las interacciones fármacos-nutrientes; así como diversas dermatosis autónomas, con un componente autoinmunitario o antiinflamatorio. El dermatólogo se verá también confrontado a los efectos secundarios de los tratamientos de las enfermedades intestinales inflamatorias crónicas (EIIC), a la cabeza de las cuáles se encuentran las erupciones psoriasiformes denominadas en ocasiones «paradójicas». En este artículo también se abordarán las manifestaciones cutáneas de infecciones digestivas, como la yersiniosis, las salmonelosis y la enfermedad de Whipple. Además de los síndromes paraneoplásicos, existen síndromes familiares que asocian una predisposición genética a los cánceres digestivos, con o sin poliposis, a signos cutáneos que pueden preceder a los demás. Por último, se describirán las cuatro principales enfermedades con expresión cutánea y digestiva, como la temible enfermedad de Degos.