La apendicectomía es la primera intervención digestiva en el niño. Sin embargo, a pesar de su frecuencia, en ocasiones resulta difícil establecer el diagnóstico formal de apendicitis o de peritonitis apendicular. Además, la morbilidad por esta afección es relativamente importante. El diagnóstico se basa esencialmente en la exploración física y en pruebas de laboratorio sencillas (hemograma y proteína C reactiva), que se repiten si es necesario. La ecografía y la tomografía computarizada se reservan para las dudas diagnósticas. Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento de referencia es la apendicectomía, mediante laparotomía o laparoscopia, asociada a antibioticoterapia adecuada a la gravedad de la infección. Las apendicitis, sobre todo si se perforan, pueden complicarse con abscesos de pared o abscesos intraperitoneales, que se tratan con antibioticoterapia eventualmente asociada a drenaje quirúrgico o percutáneo.