La disfunción eréctil (DE) es un trastorno frecuente que da lugar a un deterioro de la calidad de vida. Su prevalencia puede calcularse en un 20-45%, y su incidencia en Occidente es de 25-30 nuevos casos por 1.000 habitantes y año. Los factores que intervienen en el desarrollo de la DE son la edad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, urogenitales y psiquiátricas y, en general, todas las enfermedades crónicas. Otros factores implicados en la aparición de la DE son los hormonales, el tabaco y determinados fármacos. Las modificaciones de los factores de riesgo deben iniciarse antes de los 50 años, a fin de prevenir el desarrollo de la DE. Dos terceras partes de los varones con problemas de erección tienen dificultades para plantear este problema a su médico, y menos de la cuarta parte de los varones afectados acude a la consulta por este motivo. Por último, la disfunción eréctil, en tanto que síntoma de una disfunción endotelial, debe impulsar la búsqueda de una afección coronaria o vascular periférica o de una diabetes, de las que puede ser el signo inicial.