El descubrimiento cada vez más precoz de los cánceres de próstata permite considerar en la actualidad, junto a los tratamientos convencionales con intención curativa, una vigilancia activa. Esta nueva elección terapéutica se basa en un mejor conocimiento de la evolución natural del cáncer de próstata y en la posibilidad de identificar las formas de progresión lenta. Sin embargo, los criterios de selección de los tumores susceptibles de mantenerse bajo vigilancia tienen una fiabilidad relativa, por lo que es necesaria la vigilancia estrecha o activa para no dejar pasar el momento adecuado de un tratamiento agresivo, que podría resultar necesario. El análisis de las series de vigilancia activa parece mostrar que los pacientes tratados de este modo no pierden posibilidades pronósticas. La vigilancia activa del cáncer de próstata puede considerarse como una opción terapéutica, si se respetan unos límites muy estrictos de selección y de vigilancia de los pacientes.