Los traumatismos de la muñeca son frecuentes. Un buen tratamiento inicial contribuye a disminuir sus secuelas, con más razón por cuanto a menudo afectan a personas jóvenes. Las dislocaciones de la muñeca se conocen bien desde los comienzos de la radiografía, pero el concepto de esguince grave de la muñeca es más reciente. Para comprender esta afección es necesario conocer la anatomía y la biomecánica del carpo. El diagnóstico se basa tanto en la exploración física como en las pruebas de imagen, que deben adaptarse en función de la clínica. Una radiografía simple de la muñeca de buena calidad y correctamente interpretada puede proporcionar el diagnóstico en la gran mayoría de los casos. Los esguinces escafolunares inadvertidos pueden avanzar con rapidez hacia la artrosis. El diagnóstico precoz puede formularse a partir del análisis de las radiografías anteroposterior y lateral de la muñeca, completadas con radiografías dinámicas, aunque la artrotomografía computarizada es la exploración de referencia, siempre que la técnica sea precisa. La artroscopia rara vez está indicada para formular el diagnóstico, pero permite interpretar mejor las lesiones y controlar una osteosíntesis con clavos efectuada de urgencia. El tratamiento precoz consiste en la sutura o la fijación con clavos del ligamento escafolunar. A distancia, la elección se plantea entre la ligamentoplastia, la capsulodesis y la artrodesis intracarpiana, siempre que los cartílagos estén indemnes. Los esguinces lunopiramidales se manifiestan por dolores en el borde interno de la muñeca. El diagnóstico se basa esencialmente en la artrotomografía computarizada. Estas lesiones no suelen ser artrógenas. Cuando se las diagnostica de urgencia, se indica una osteosíntesis lunopiramidal. A distancia, deben considerarse una artrodesis lunopiramidal o una ligamentoplastia. Las luxaciones perilunares del carpo son a menudo secundarias a traumatismos de alta energía. Es sorprendente la frecuencia con que pasan inadvertidas, cuando la simple lectura de una radiografía lateral proporciona el diagnóstico. La reducción debe realizarse de urgencia y también es necesario reparar las lesiones ligamentosas intracarpianas. El pronóstico de estas lesiones es grave y más de la mitad evoluciona hacia la artrosis mediocarpiana, aunque el tratamiento inicial haya sido correcto.