La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad infrecuente y difícil de diagnosticar. Casi el 20% de los pacientes con EI presenta síntomas musculoesqueléticos cuyo reconocimiento es importante para establecer el diagnóstico. Entre las manifestaciones reumatológicas, predominan las complicaciones embólicas sépticas osteoarticulares como las espondilodiscitis infecciosas y las artritis sépticas periféricas. En las EI, las complicaciones inmunitarias pueden inducir vasculitis secundarias crioglobulinémicas o a depósitos de complejos inmunitarios circulantes, hipocomplementémicos. A veces, la presentación puede ser compatible con una polimialgia reumática. El diagnóstico de la EI se basa en hemocultivos positivos, muy a menudo para cocos grampositivos, y en la visualización de anomalías valvulares compatibles en la ecocardiografía. La evolución de las complicaciones musculoesqueléticas de las EI suele ser favorable con un tratamiento antibiótico adecuado.