Los traumatismos escrotales son poco frecuentes. La mayoría de las veces son causados por traumatismos cerrados debidos a un impacto directo que empuja el testículo contra el arco púbico. La exploración quirúrgica precoz ha mejorado mucho el pronóstico de estos traumatismos y ha reducido la tasa de orquiectomías. La aparición de la ecografía también ha permitido mejorar el tratamiento de los traumatismos escrotales. No obstante, aún persisten controversias en cuanto a la fiabilidad de la ecografía cuando se trata de predecir la presencia o ausencia de fractura testicular. La ecografía no debe poner en tela de juicio el dogma de la exploración quirúrgica sistemática de los hematoceles y de los megaescrotos. Las complicaciones a largo plazo (atrofia testicular, infertilidad) podrían ser más frecuentes de lo que se admite en la actualidad y deben detectarse de forma precoz.