Suicidio en los ancianos - 30/03/07
Riassunto |
La tasa de suicidio en la población de personas mayores de 65 años ha disminuido, pero, en casi todos los países donde existe un censo exacto de los datos, los hombres de más de 75 años siguen presentando, en proporción, el mayor riesgo de suicidio. La probabilidad de que una autoagresión voluntaria que no desemboca en la muerte sea un suicidio fracasado, pero auténtico, es mucho más elevada en los ancianos que en los jóvenes. Por otra parte, cuando las ocasiones de cometer un suicidio son limitadas, como en los geriátricos o en las residencias medicalizadas, las personas de edad avanzada recurren probablemente a formas indirectas de suicidio, como, por ejemplo, dejarse morir de hambre. Factores demográficos y físicos, como el aislamiento social, la separación o el divorcio, el duelo, un fácil acceso a los medios de suicidio, la mala salud física y el dolor aumentan el riesgo suicida en esta población. También son factores predictivos del suicidio algunos rasgos de personalidad, sobre todo la ansiedad y la anancastia. Hay pocas pruebas, por no decir ninguna, de la difundida opinión según la cual muchos ancianos cometen lo que se llama un suicidio «razonado». Muy por el contrario, la mayor parte de los suicidios a esa edad se encuentra en personas que sufren de una enfermedad depresiva diagnosticable. Como se trata de una enfermedad que se puede tratar, la detección y el tratamiento correcto de la depresión constituyen el principal componente de la prevención del suicidio.
Il testo completo di questo articolo è disponibile in PDF.Palabras Clave : Suicidio, Autoagresión voluntaria, Depresión, Ancianos
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