El estudio urodinámico del niño es una exploración difícil de realizar e interpretar debido a la evolución de los valores normales según la edad y la ausencia de referencias. Por tanto, sólo se solicita cuando los estudios clínicos y radiológicos no permiten definir el trastorno de la micción. Este estudio debe efectuarse en un laboratorio con experiencia en el tratamiento de los niños. La medición del flujo y la cistomanometría se llevan a cabo según las reglas pediátricas. En cambio, la medición del perfil de la uretra es muy difícil de conseguir, ya que el retiro de la sonda a lo largo de la uretra provoca contracciones reflejas del periné. Las indicaciones más destacables son: las vejigas neurógenas, los trastornos de la micción, las infecciones urinarias, las malformaciones congénitas del periné y los tumores de la pelvis. Al igual que en el adulto, la urodinámica es una ayuda inapreciable para la elección del tratamiento