Un injerto de piel es un fragmento de tejido cutáneo separado de su sitio donante para fijarlo a un sitio receptor destinado a revascularizarlo espontáneamente. El injerto cutáneo es un procedimiento básico de cirugía plástica y presenta especificidades, riesgos y refinamientos. Está indicado en muchas situaciones: pérdidas de sustancia traumáticas, quemaduras (tratamiento agudo o cirugía de las secuelas), pérdidas de sustancia inducidas quirúrgicamente, etcétera. En este artículo se describen las especificidades técnicas del injerto cutáneo: sitios donantes, técnica de obtención y colocación del injerto, así como cuidados postoperatorios precoces. También se detallan las mejoras técnicas: matrices dérmicas integrables, aloinjertos, xenoinjertos, terapia con presión negativa, expansión cutánea primaria del sitio donante. Asimismo, se exponen los resultados de los injertos cutáneos: prendimiento de los injertos, crecimiento y retracción, pigmentación, tratamiento global postinjerto. Los injertos cutáneos permiten en ocasiones evitar un procedimiento más complejo y obtener el mejor resultado final, al menos temporal o incluso definitivo.