El tratamiento de las pérdidas de sustancia cutánea del miembro superior es complejo y ha evolucionado mucho en los últimos 20 años. En la actualidad, está bien codificado y debe respetar unos requisitos que combinan criterios funcionales y estéticos. Desde el punto de vista funcional, la cobertura debe planificarse en función del sector de movilidad de las articulaciones contiguas, por lo que es propia de cada región anatómica. La región del pliegue del codo se caracteriza por un tejido cutaneoadiposo muy fino y muy móvil, sometido constantemente a fuerzas de cizallamiento. Por tanto, el cirujano reconstructor debe utilizar colgajos finos y perfectamente adaptables a la pérdida de sustancia que permitan recuperar con rapidez amplitudes articulares aceptables. En el caso del hombro, la región del hueco axilar es crítica, porque cualquier resección a este nivel limitará las amplitudes de abducción. Desde el punto de vista estético, el cirujano reconstructor se enfrenta a un dilema: reconstruir de la forma más estética posible la región traumatizada sin provocar por ello una secuela cicatricial excesiva en la zona donante. El arsenal terapéutico del que dispone el cirujano es amplio y utiliza muchas técnicas de cirugía reparadora, que oscilan desde el colgajo local o regional hasta el colgajo libre. La utilización cada vez más frecuente de los colgajos perforantes ha sido un gran avance en el tratamiento de las pérdidas de sustancia del miembro superior. Estos colgajos cutaneoadiposos reúnen todos los criterios que se buscan para la cobertura del miembro superior. Asocian delgadez y una escasa morbilidad del sitio donante, a la vez que conservan las arterias nutricias y los músculos. Los colgajos perforantes en hélice son fáciles de utilizar si se dominan las técnicas quirúrgicas y constituyen una solución terapéutica interesante en el amplio arsenal terapéutico del cirujano reconstructor del miembro superior.