Las urgencias quirúrgicas neonatales son poco frecuentes, pero su tratamiento anestésico ha de tener en cuenta las múltiples particularidades fisiológicas del neonato y la fisiopatología de la malformación congénita subyacente. El comportamiento farmacocinético de la mayoría de los agentes anestésicos está modificado. Para un número importante de estos agentes, la inmadurez hepática es responsable de un aumento de la semivida de eliminación. Las capacidades de adaptación del miocardio son limitadas y, durante toda apnea, la saturación aparece rápidamente. La hiperoxia, la hipotensión, la hipercapnia y la hipocapnia son deletéreas. Los aportes hidroelectrolíticos se garantizan mediante una solución isotónica glucosada al 1% y la reposición vascular mediante suero fisiológico, evitando los aportes excesivos. La problemática de la hernia de la cúpula diafragmática reside en la agenesia pulmonar subyacente. El control de la hipertensión pulmonar arterial es determinante. El tratamiento quirúrgico de la atresia de esófago tipo 3 presenta riesgo sobre todo de dificultad para la ventilación hasta el cierre de la fístula, con un lugar cada vez más frecuente de la cirugía mediante toracoscopia. La laparosquisis conduce a cuadros de gravedad variable según la afectación digestiva asociada. El tratamiento quirúrgico de la hernia de cúpula, del onfalocele y de la laparosquisis puede dar lugar a un síndrome compartimental abdominal que conduzca a una falla multiorgánica. Una analgesia insuficiente modifica el control espinal y supraespinal del dolor. La administración de morfina ha de tener en cuenta las modificaciones de su metabolismo. La anestesia locorregional ejercería efectos favorables tras cirugía mayor, en particular sobre la duración de la ventilación controlada. La inmadurez de la función inmunitaria aumenta el riesgo de infección.