Toxicidades cutáneas de las terapias dirigidas, inmunoterapias y citocinas contra el cáncer - 23/08/21
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Resumen |
Las terapias dirigidas contra el cáncer llevan varios años desarrollándose de forma exponencial. Su grado de toxicidad cutánea es distinto al de las quimioterapias; esta toxicidad es frecuente y específica en función de la diana. Las más comunes son la foliculitis acneiforme y la paroniquia con antirreceptor del factor de crecimiento epidérmico (anti-EGFR) o el síndrome mano-pie hiperqueratósico con anti-BRAF o antiangiogénicos. Las inmunoterapias contra el cáncer también están en auge, hay nuevas moléculas disponibles y sus indicaciones se están ampliando. Estos tratamientos son los responsables más frecuentes de las reacciones de origen inmunológico. Las toxicidades cutáneas más frecuentemente observadas son una erupción maculopapulosa inespecífica y prurito. Las indicaciones oncológicas de las citocinas se han restringido en los últimos años. Sin embargo, los interferones, la interleucina 2 y los factores de crecimiento hematopoyético siguen siendo ampliamente utilizados. Su toxicidad cutánea no suele ser grave. Es útil que el oncólogo y el dermatólogo en particular sepan reconocer, evaluar y controlar estos efectos secundarios, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes, el cumplimiento del tratamiento del cáncer y permitir su continuación prolongada, si fuese necesario.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Toxicidad cutánea, Terapias dirigidas, Inmunoterapias, Citocinas, Cáncer
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