La vía excretora superior (VES) conduce la orina desde las papilas renales hasta la vejiga en condiciones cómodas y seguras, es decir, sin provocar dolor ni generar peligro para el riñón. El transporte activo depende de las propiedades contráctiles del músculo liso de dicha vía, que es totalmente autónoma. Esto le permite conservar su función después de un trasplante renal. El sistema nervioso autónomo también puede regular la actividad de la vía excretora de manera accesoria. La obstrucción de la VES pone en marcha distintos mecanismos de adaptación según sea la obstrucción aguda o crónica, adquirida o congénita. Las exploraciones funcionales de la VES están destinadas a establecer con precisión las condiciones en que se efectúa el transporte de la orina, así como la relación que puede haber entre la obstrucción y signos o síntomas tales como dilatación del sistema urinario superior, dolor o deterioro de la función renal.