El tratamiento y la rehabilitación de las lesiones de los nervios periféricos requieren una estrecha colaboración entre los cirujanos y los especialistas en rehabilitación, uno especializado en microcirugía y el otro en rehabilitación sensitivomotora. Desde el punto de vista quirúrgico, las lesiones de los nervios periféricos deben repararse bajo aumento óptico, bien mediante sutura directa, bien mediante injerto o tratamiento de regeneración nerviosa. La evaluación y la rehabilitación sensitivomotora deben llevarse a cabo en una fase temprana. El conocimiento de los mecanismos fisiológicos posteriores a la lesión es necesario para el éxito del tratamiento. En cuanto a la sensibilidad, se buscarán territorios hipoestésicos, disestésicos o alodínicos mediante pruebas de discriminación y cuantificación. La motricidad se evaluará músculo por músculo y se cuantificará mediante un sistema de puntuación muscular. Antes de cualquier rehabilitación, es necesaria una fase preventiva, durante la cual es posible el uso de dispositivos ortopédicos. El objetivo es mantener la troficidad muscular y la flexibilidad articular. En una segunda fase, la rehabilitación se hace más compleja y se intensifica en función de los progresos sensitivos y motores. La adhesión del paciente y la comprensión de su tratamiento son esenciales. Cuando no sea posible volver al estado anterior, se pondrán en marcha adaptaciones que permitan realizar las actividades de la vida diaria. El pronóstico suele ser bueno, pero a menudo hay secuelas funcionales sensitivas y/o motoras que deben tenerse en cuenta para garantizar una reinserción socioprofesional óptima.