Entre los estreptococos y los enterococos se incluyen especies comensales, pero también especies responsables de infecciones en el ser humano. Algunas bacterias se asocian a cuadros clínicos particulares, como Streptococcus pyogenes (estreptococo del grupo A [EGA]) y faringoamigdalitis o erisipela, Streptococcus agalactiae (grupo B) e infecciones maternofetales, Streptococcus pneumoniae (neumococo) y neumopatía, estreptococos orales y endocarditis. El EGA provoca casi todas las faringoamigdalitis bacterianas, infecciones cutáneas no invasivas (en particular impétigo) y está implicado en particular en todas las infecciones invasivas (como la neumopatía, las infecciones osteoarticulares, la fiebre puerperal, la erisipela y la fascitis necrosante). Siempre es sensible a la penicilina y a la amoxicilina. Las dos particularidades que lo distinguen de los otros estreptococos son su capacidad de inducir manifestaciones toxínicas y cuadros inflamatorios postinfecciosos, como el reumatismo articular agudo (RAA). La mortalidad después de un shock tóxico estreptocócico es aún mayor del 30%. Aunque la clindamicina es eficaz en esta indicación, el tratamiento con inmunoglobulinas polivalentes es controvertido. El RAA, como complicación de una faringoamigdalitis estreptocócica, es la primera causa de fallecimiento relacionada con el EGA, pues se puede complicar con valvulopatías e insuficiencia cardíaca. La prevención del RAA en los países en vías de desarrollo es un tema importante de salud pública y se basa en la actualidad en el tratamiento sistemático de las faringoamigdalitis por EGA. Se están desarrollando vacunas dirigidas a la proteína M de la cápsula del EGA. Los estreptococos orales causan sobre todo endocarditis. Entre ellos, puede distinguirse Streptococcus anginosus, presente en la flora orofaríngea y digestiva, que también está implicado en los abscesos profundos. Los enterococos, principalmente Enterococcus faecalis y Enterococcus faecium, presentes en la flora digestiva, son menos virulentos que el EGA. Producen infecciones nosocomiales, como infecciones urinarias, endocarditis y bacteriemias relacionadas con catéter. Constituyen un problema de salud pública por su resistencia natural a muchos antibióticos, como las cefalosporinas, y por la adquisición por ciertas cepas de resistencias a los glucopéptidos.