En los últimos años, se han producido importantes avances terapéuticos en el tratamiento de los pacientes con linfoma de Hodgkin, basados en la inmunoterapia. El pronóstico, que ya era favorable en comparación con el linfoma no Hodgkin, ha mejorado, en particular para los pacientes con recidivas. Estos avances terapéuticos permiten ahora curar al 80% de los pacientes. Este linfoma, frecuente en pacientes jóvenes, exige tener en cuenta los efectos secundarios de los tratamientos a corto y largo plazo. El tratamiento de los pacientes de edad avanzada también está evolucionando, gracias a nuevos fármacos más eficaces y menos tóxicos que la quimioterapia estándar. El objetivo actual es reducir la exposición a los tratamientos tóxicos de los pacientes con enfermedades quimiosensibles, pero mejorar el tratamiento de las enfermedades agresivas. La tomografía por emisión de positrones tiene un papel importante en la evaluación de la respuesta y la quimiosensibilidad del linfoma. Los protocolos terapéuticos con nuevos fármacos también ayudan a cumplir este objetivo. Sin embargo, identificar el pronóstico de la enfermedad en el momento del diagnóstico sigue siendo un reto para mejorar la evaluación del riesgo de recidiva y predecir las posibilidades de respuesta a las nuevas terapias.